Es rubia, menuda, delicada, de tez transparente y cara angelical, y a pesar de sus raíces profundamente americanas, made in California, Kate Bosworth tiene un porte auténticamente europeo. Y no solamente debido a su físico poco contundente y casi etéreo, ni a sus facciones que parecen venidas del este, sino porque su estilo y su aura están a años luz del exhibicionismo propio de las starlettes de la costa oeste.
Nadie recuerda suscomienzos al lado de Scarlett Johansson en “El hombre que susurraba a los caballos” y muy poca gente se ha fijado en que tiene un ojo de cada color, uno azul y uno marrón, y es que hasta que no se hiciera con el papel de novia de Superman en la reciente precuela estrenada en 2006, Bosworth había pasado totalmente desapercibida.
Su idilio con Orlando Bloom ayudó en su salto a la fama, aunque poco a poco, Kate se ha ido haciendo un hueco en el panorama cinematográfico, desbancando a otras rubias de facciones perfectas como Sienna Miller, dentro y fuera de las pantallas.